lunes, 29 de diciembre de 2014

Amor sin límites por la civilización y la cultura (II)

Amar la civilización -que no es poca cosa- significa, no sólo aceptar, sino amar la cultura que la forjó. Amar esa cultura significa vivirla... sobre todo si queremos participar de ella y construir futuro a cada paso.

Esa cultura no es otra cosa que la expresión sociológica de una fe, la expresión tangible, el anhelo social compartido por la mayoría de los individuos que forman parte de esa cultura y que crean civilización.  Con ello no quiero decir que todas las personas que forman parte de una sociedad posean la misma fe, ni tan siquiera que deban tener un sentido trascendente de la vida , no obstante , si quieren vivir esa cultura ,esa civilización, cuanto menos deben de respetar esa fe y conservarla como algo sagrado, aunque no la practiquen, aunque les traiga sin cuidado.

La civilización se destruye, la cultura languidece, en el momento en que esa fe puesta en algo supremo, en un camino conjunto y comunitario hacia un fin superior se rebaja a la simple confianza en el ser humano como objetivo absoluto; esto se ha traducido históricamente a la dependencia absoluta del estado, qué es la nueva fe del hombre moderno: infantilizado en sus obligaciones, sometido en sus anhelos, disminuido e incapacitado a la simple figura legal y administrativa de ciudadano.

La cultura por tanto muere y la civilización desaparece. El hombre ya no sabe crear y vive en un constante intento de transgredir aquello que ya está por los suelos,  de buscar la sorpresa , de abrazar lo absurdo.

Esto podría ocurrir si un creciente control técnico del Estado sobre la vida y el pensamiento de sus miembros coincidiera con una decadencia cualitativa en el nivel de nuestra cultura.

Muere la fe, nace la ideología.

Una ideología  qué es el sustituto ciudadano de la fe, en el sentido moderno de la palabra , es muy diferente de ésta, aunque tiende a llenar las mismas funciones sociológicas. Es la obra del hombre, un instrumento por el cual la voluntad política consciente trata de amoldar la tradición social a sus designios.

Pero la fe mira más allá del mundo del hombre y sus obras, lleva al hombre a un grado de realidad más alto y más universal que el mundo temporal y finito al que pertenecen el estado y el orden económico. Por ende, introduce en la vida humana un elemento de libertad espiritual que puede tener influencia creadora y transformadora en la cultura social de los hombres y en su destino histórico, así como en su propia experiencia interior.

Este es el proceso que está ya prácticamente consumado en el occidente moderno como  mundo que se destruye frente a otras civilizaciones crecientes, jóvenes y con fuerza, que vienen detrás de nosotros con alegría y esperanza, con capacidad de sacrificio y de lucha y sobre todo valiente.

¿Os queréis suicidar? está bien, no tengo problema , pero no contéis conmigo.

jueves, 25 de diciembre de 2014

(Contra el Mundo Moderno) La Sociedad de los Inmunes.


La nula sociedad, convertida en desierto, el desierto de lo social, es la comunidad de los inmunes, la sociedad de quienes no sienten como propios los anhelos y problemas que sentimos y nos afectan a todas las personas y que rechazan como extrañas a las personas a las que les afectan los problemas.

Iphone, Ipad, Itunes, I, I, I (yo, yo, yo)…un yo enajenado del otro, no un yo trascendente y ligado por la relación con lo sagrado y con otros.

Esto es lo que capitaliza y cosecha la extrema izquierda; viene sembrado previamente por el individualismo liberal y traducido en ese “comunitarismo de pandereta”, el “populismo progre”, el yo aséptico creado dentro de procedimientos impersonales y el “materialismo marxista” inoculado como si fuera economía.

Hay quien piensa que este es nuestro futuro a medio plazo, yo afirmo que nadamos en esta ponzoña desde hace ya demasiado tiempo.








miércoles, 24 de diciembre de 2014

Feliz Navidad

<<Et venerunt festinantes: et invenerunt Mariam, et Joseph, et infantem positum in præsepio.>>

domingo, 14 de diciembre de 2014

Más allá.

Porque la Tradición se basa en la transmisión del fuego y no en la adoración de las cenizas. El fuego se transmite en las realidades asociativas del hombre, principalmente en las familias, y no vale que nos lo apaguen desde arriba (sea el estado, la jerarquía o los medios). 

La Tradición va más allá -y supera- la simple conservación, por que necesita movimiento, simplemente es pura vida.

La Tradición va más allá del arraigo,el costumbrismo o el simple hecho tradicional, pues todo ello lo supera y lo adapta sin negarlo, deshaciéndose de las capas que ya no valen e incorporando otras nuevas.

Esa es la esencia de la Tradición y negarla es algo así como desnaturalizarse, convertirse en algo diferente, sin rumbo y sin sabiduría.  Es desligarse de lo que somos y seremos.

Es cambiar la vaca por las judías.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Reflexiones castellanas: Redescubrirnos.

La crisis de régimen, es ante todo, la crisis del papel que cumple la sociedad ,entendida como ente asociativo y moral, en un periodo determinado de la historia, una crisis que va más allá de la española, es una crisis de la "constitucionalización" de la sociedad, creada desde arriba y convertida en mercancía, es la crisis de lo moral entendido como lo ético. El pasado no va a volver, el futuro no está escrito, encontremos el buen camino ahora,en el presente, donde existen las posibilidades de dignidad volviendo a fabricar la sociedad más allá del Estado y su asfixiante afán de legislar hasta el más íntimo de nuestros anhelos.

Esto es papel mojado, la salida no tiene por qué ser sinónimo de fácil , pero tampoco de desastre. Todo se basa en ser capaces de  redescubrir nuestra esencia.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Adversus Mundi (II)

<<No podemos vivir en un mundo que no es el nuestro , en un mundo que otros interpretan para nosotros . Un mundo interpretado no es un hogar . El miedo reside en recuperar nuestra capacidad para escuchar, para utilizar nuestra voz , para ver nuestra propia luz.>>

Santa Hildegarda von Bingen


El diablo no duerme.

«El diablo no duerme, ni es aún la carne muerta, por eso no ceses de prepararte para la batalla. A la diestra y a la siniestra están los enemigos, que nunca descansan»

Tomás de Kempis

miércoles, 3 de diciembre de 2014