Las virtudes descompasadas y a la intemperie pueden ser más nefastas que los errores. La modestia, por ejemplo, debe ser desarrollada en los objetivos, nunca en las convicciones. Un hombre que no se moja en sus convicciones viene a ser un ciudadano del mundo -por más que lo reivindicase Cyrano- , un "termino medista", un tibio, un cobarde. Los grandes cambios que en el mundo se han dado nunca se lograron a través de esa óptica que ,por cierto, es la que nos quiere inculcar el mundo moderno y su moderantismo repugnante; sus motivos tendrán.
Como se lee en Mt 5,37: Sea vuestro lenguaje: `Sí, sí' `no, no': que lo que pasa de aquí viene del Maligno.
Es decir: échale huevos.
Mójate.
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