Yo sigo insistiendo en que la vida -según la anticultura moderna-
corre demasiado deprisa y sucede como cuando la multitud/masa de los
Simpsons pasa rápidamente de incendiar con antorchas una casa a
reconstruirla.
En la vida política que funciona a ritmo del
"trending topic", cualquier suceso que salte a la palestra, cualquier
titular que aparece (las noticias no se suelen leer), automáticamente
provoca un aluvión de reproches, reacciones depresivas o de fuertes
alegrías, tan aparentemente intensas
como efímeras. Todo parece que se va a la mierda o que se han
conquistado los más ansiados deseos... en lo que dura un click.
La
aceleración de nuestra vida/deseos/ansias/fe es una patología
psicosocial propia del Mundo Moderno, funcional y arraigada al síndrome
del teclado; todos hacemos de César y rápidamente justificamos el
linchamiento o la idolatría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario