Tenía yo, un abuelo del que aprendí cosas hermosas que se han ido olvidando, con los años y con los empujones de la vida. Decía mi buen abuelo que, la satisfacción del deber cumplido era patrimonio tan sólo exigible, a los santos y a los héroes.
¿Y no debemos de lograr que en la satisfacción del deber cumplido, encontremos la recompensa buscada, por propia y natural inclinación humana?.
...¿Y cuántas veces hemos hablado de la capacidad de satisfacción y de heroicidad que encierran nuestras raíces?.
¿Por qué, en este esfuerzo por hacer un hombre a imagen y semejanza del que se nos fue en la Cruz, para quedársenos en el alma, no hacemos, como él nos dijo, que en el justo deber cumplido, esté la recompensa?
Es tan fácil como dirigir nuestra vida hacia el Camino, la Verdad y la Vida. ¿Hay algo más santo y heroico?
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