lunes, 10 de noviembre de 2014

Ya llega

El Mundo Moderno, ese ambiente nefasto que nos hace sentirnos cómodos en nuestro ombligo, y la sociedad de consumo que viene con él de la mano, han convertido Occidente en una inmensa multitud materialista a la cual le hace temblar la simple idea de sacrificio.

Todo está impregnado: las fiestas, la televisión, la universidad, etc... con un mensaje que se traduce en el ansia irracional de tenerlo todo, de poder pagar todo lo que se ve y lo que es más importante, de no someterse nunca a ninguna moral limitativa.

Cualquier freno a esas ansias genera reivindicaciones cada vez más exigentes e insensatas en una población incapaz de aceptar el fracaso; el problema es que todo se está viniendo abajo de la misma forma, resultando un espectáculo casi sublime e impresionante, como el del edificio que se derrumba.

Despues queda el descampado.


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