Porque la Tradición se basa en la transmisión del fuego y no en la adoración de las cenizas. El fuego se transmite en las realidades asociativas del hombre, principalmente en las familias, y no vale que nos lo apaguen desde arriba (sea el estado, la jerarquía o los medios).
La Tradición va más allá -y supera- la simple conservación, por que necesita movimiento, simplemente es pura vida.
La Tradición va más allá del arraigo,el costumbrismo o el simple hecho tradicional, pues todo ello lo supera y lo adapta sin negarlo, deshaciéndose de las capas que ya no valen e incorporando otras nuevas.
Esa es la esencia de la Tradición y negarla es algo así como desnaturalizarse, convertirse en algo diferente, sin rumbo y sin sabiduría. Es desligarse de lo que somos y seremos.
Es cambiar la vaca por las judías.
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