El Mundo Moderno imprime en nuestros anhelos la exaltación del "yo" egoista mediante el bombardeo inhumano de propaganda y estilos de vida que abarcan cada rincón de nuestra existencia y que nos convierte en hombres bestia: desarrollo personal, autoayuda, autosuperaciòn, competitividad, vida basada en la "carrera" profesional... Es curioso porque son objetivos inalcanzables en su totalidad, lo que nos hace más infelices y nos empuja - todavía más- hacia esa espiral de egoísmo y consumo.
Ya no tenemos lazos ni estamos ligados a nada que no sea nuestro ombligo, no queremos saber nada de nuestros abuelos a los que pronto metemos en esas infames peceras humanas que son las residencias para que no estorben, no tenemos fe , pensamos que nuestros padres- a los que tratamos con una hipócrita condescendencia- están anticuados y que nada tienen que enseñarnos , no queremos tener hijos y no dudamos en matarlos en el vientre de sus madres para que no supongan una carga ... Todo ello regado con una carga de mal comprendida libertad y abonado con una falsa concepción del derecho individual. Aún así creemos vivir en una sociedad más libre y más completa, más satisfecha... es demencial.
El mundo moderno nos crea infelices desde el mismo momento que nacemos pues nos niega todo aquello que realmente hace feliz al hombre : la familia, la fe, de la comunidad, la patria, la costumbre y la tradición , etc... el sentimiento de pertenencia a algo que va más allá de nuestros pies y que nos completa como seres humamos saludables.
¿Quieres saber lo que realmente te hace feliz de verdad? el consejo de tu abuelo, la sonrisa de tu madre, la caricia de tu esposa y el abrazo de tus hijos.
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