La propagación del progresismo, sea de derechas o sea de izquierdas, se basa en su propia estructura ideológica, o mejor dicho la ausencia de esta. Es un sentimiento exacerbado- pese a que nos lo venden como racionalista-, como afirma Miguel Manrique: un <<sensacionalismo revestido de posicionamientos políticos>>.
Es una expresión más o menos espontánea de la sensiblería intelectual del hombre torpe, ligereza conceptual, dogmática y sublime, del advenimiento ridículo y consentido de la mentalidad del hombre moderno.
Un sofisma barato , una marca registrada muy lucrativa, un autoritarismo psicológico , una lobotomía insensible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario