La Tradición representa el salto de lo finito a lo infinito, del mundo al trasmundo, de la naturaleza a la Gracia -y para ello no hay ningún camino sino el que Dios quiere crear - y vivirla supone la más grande, la más auténtica osadía a la que el hombre es dado atreverse.
Aceptar este fuego y no arder en él, he aquí la osadía. Recibir en si el amor ardiente y no convertirse en ceniza, he aquí la gran osadía.
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