Por una vez y sin que sirva de precedente, en este país ha
imperado el sentido común y la justicia frente a la poliquitería y la caspa.
Recordarán ustedes el lamentable caso de los 4 compañeros de la Guardia Civil condenados el 30
de Diciembre de 2010, entre 2 y 4 años, con 8 años de inhabilitación especial,
por la Audiencia Provincial
de Guipúzcoa con motivo de unas supuestas torturas a 2 detenidos de la banda
terrorista ETA.
Portu y Sarasola |
Los terroristas en cuestión eran Portu y Sarasola,
condenados a más de 1000 años de prisión por el atentado, probado, de la T-4 en el que murieron dos
personas.
Es sabido que, según la estrategia de la banda terrorista,
en el momento que se pone en conocimiento de los abogados la situación de
detención de los etarras, estos acto seguido denuncian que se han producido
torturas durante la detención y los interrogatorios posteriores. Como es algo
por todos sabido y que se produce tras cualquier detención de un pajarraco de
estos, no hay que darle muchas vueltas, solo que en esta ocasión les salió bien
la jugada, y fueron imputados varios agentes de la Guardia Civil , de los cuales 4
fueron condenados, poniendo así en riesgo ya no solo la condena a los etarras,
sino también todo el aparato de lucha antiterrorista.
Parece ser que como prueba en la sentencia a los compañeros
de la benemérita, hubo 3 testigos clave, una auxiliar de enfermería de la UCI del hospital Donostia que
testificó a favor de Portu tras ser atendido este en el hospital tras su
arresto. Así como dos vecinos de
Arrasate que fueron testigos de la
detención.
Pues bien, lo que la Audiencia Provincial
de Guipúzcoa no tuvo en cuenta y parece ser que el Tribunal Supremo si, es que la
dichosa auxiliar de enfermería tras reconocer a Portu en el hospital, llamó
directamente vía telefónica a los padres de este. De esto resulta fácilmente
deducible la relación previa existente entre las partes.
Uno de los otros dos testigos, resulta que miembro y
candidato por Herri Batasuna, acudió a declarar de forma espontánea y de la
mano de un abogado, lo que resultaría cuanto menos sospechoso , más si cabe que
esta persona resulta ser , como no, familiar de otro preso de la banda
terrorista.
Bien, ya van dos de dos, dos testigos que cualquier tribunal
hubiese desestimado pero que la
APG parece que no tuvo muy en cuenta, así pues, el tercero de
ellos no iba a ser menos, Asier Aguirre,
en su día imputado por pertenencia a banda armada y en el momento de los hechos,
alcalde de Aramaio por la formación ANV (ligada al entorno de ETA) … sin
comentarios.
Vuelvo a insistir, estos etarras se deben creer que en el
resto de España somos todos gilipollas, lo que sucede es que a veces se aplica
el sentido común y cada uno en su sitio, la benemérita ejerciendo su labor, y
las ratas a las cloacas.
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