<<Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro>>
<<No es un hombre más
que otro, si no hace más que otro>> dice Cervantes en boca de Don
Quijote y <<nadie es más que nadie>> Juan Bravo en las
guerras Comuneras... es un pensamiento que sintetiza la máxima de
igualdad arraigada en Castilla a lo largo
de los siglos y que hunde sus raíces en la doctrina católica y en la
Reconquista, donde los colonos que se asentaban en Castilla
(generalmente vascos, astures y cántabros) forman sus villas a las que
despues los reyes conceden fueros propios...son, digamos, campesinos
soldados, que con el tiempo llegan a pertenecer a la baja-nobleza y a la
caballería (gran ejemplo el infanzón Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid,
en el S.XI).
Recordemos también que en el reino de Castilla
nunca existió el régimen feudal y un colono ganaba y valía lo que ganaba
y mantenía con su trabajo y con su espada. De este hecho se
desprenderá más tarde, como dice el buen Don Claudio Sánchez Albornoz,
el sentimiento y concepto de hidalguía; en Castilla - las crónicas
alemanas muestran con asombro (y desprecio por cierto) - un mendigo mira
de tu a tu a un juez o a un Conde, puesto que <<nadie es más que
nadie>>.
Pero no todo lo que reluce es oro, pues con el
tiempo, ese concepto y sentimiento hidalgo acabará por degenerar en el
mal nacional: la envidia, bien resumida en esta expresión : <<y
este ¿quién coño se ha creído que es?>> (Pio Baroja) . Esta
degeneración de la igualdad que es la envidia, junto con la hidalguía,
es la cara y la cruz , en parte, del ser castellano, quien todo lo puede
pero quien no soporta que lo pueda su vecino....
Por lo tanto,
existe un igualitarismo saludable, reflejado en aquel <<no es un
hombre más que otro, si no hace más que otro>> de Cervantes, donde
se concede la igualdad de origen, basada en la certeza de ser todos
hijos de Dios por igual, pero la capacidad de diferenciarse de acuerdo
con el esfuerzo. Por otro lado, un igualitarismo casi ideológico o
pseudo-instintivo, que es la envidia; degenerada de la anterior virtud,
la propia exigencia de que todos seamos iguales "per se" -mejor dicho a
la castellana" por cojones".- sin importar los esfuerzos de cada cual...
Anda que no da mecha para tratar este tema. Prometo algún día ponerme con ello más profundamente.