Rubén Calderón Bouchet
BARDECHE O LA DEFENSA DE OCCIDENTE.
Rubén Calderón Bouchet
BARDECHE O LA DEFENSA DE OCCIDENTE.
(...)el tiempo de la vida es muy corto, pero gastado ese breve plazo cobardemente, sería demasiado largo, aunque, cabalgando sobre la aguja de un reloj, la vida se detuviera al cabo de una hora. ¡Si vivimos, vivimos para hollar cabezas de reyes; si morimos, hermosa muerte, cuando príncipes mueren con nosotros!(...)
Enrique IV
W.Shakespeare
Todos los que gozasteis de aquel afán eterno,
todos los que sentisteis aquella inquieta vida,
dadnos vuestras espadas y vuestras claras plumas,
vuestra fe, vuestro esfuerzo, vuestras rimas.
¡Y venid con nosotros en afán de combate
a sentir nuestra empresa y a gozar nuestro día...!
El moderno cree vivir en un pluralismo de opiniones, cuando lo que impera es una unanimidad asfixiante.
El mundo moderno no será castigado. Es el castigo.
Nicolás Gómez Dávila
“Alguien da dinero a usura y no cree que es contra el derecho natural. La pregunta es si se requiere que le persuadamos para que esté obligado a tal precepto natural. Se responde que sí”
Magnus Hispanus Bartolomé de Carranza. Arzobispo primado de Toledo. Siglo XVI
(...)Después de esa guerra (1808-1814) la admiración por España fue casi unánime y, en una mezcla de "estupor y de horror", nació el mito de la nación indómita y capaz de un fanatismo salvaje (el de las Rodrigo"milices du cloître") sordo a todas las seducciones y a los titubeos del nuevo siglo. No era un mito patriótico, genéricamente libertario ni liberal , sino todo lo contrario: nacía de la victoria del "país antiguo" sobre los ejércitos de Europa (...)
Giovanni Allegra - La Viña y los surcos.
(...)por la armadura antigua
y el yelmo de la gesta;
por las lanzas que fueron
una vasta floresta de gloria
y que pasaron Pirineos y Andes;
por Lepanto y Otumba;
por el Perú, por Flandes;
...
Estoy en un bar y no sé que tomar: "Croissant","Sandwich","Muffins", "Dannish","Snacks" o una jodida "Tarta Bed Vebret".
Me voy.
Odio eterno al Mundo Moderno.
“La música alegra el oído, despierta el espíritu, excita a los guerreros al combate, anima a los que están desesperados, reconforta a los viajeros, desarma a los bandidos, aplaca a los coléricos, devuelve la alegría a los tristes y ansiosos, hace cesar la discordia, aleja los pensamientos ociosos, calma la rabia de los posesos”
(Jean Cotton (s. XI ex.)
«(...) el patriotismo es un sublime egoísmo colectivo que supone el sacrificio de los individuales y ,en ocasiones , el de la vida. ¿Y cómo va a exigirlo el que tiene que profesar como un dogma el sacrificarlo todo a lo presente?: ¡Soldado , ve a morir por la patria!... en vano se dirá . ¡Soldado, ve a morir por la patria! Si la Patria es una unidad religiosa y moral que junta en íntima hermandad las almas, y ata con la divina lazada de la creencia y tradición común la serie de las generaciones, y cubre con amor de madre bajo los pliegues de su manto a un pueblo que teje como una guirnalda su historia para coronarla , entonces una voz agusta y solemne como el clamor de una raza saldrá de los templos y de los hogares y de los sepulcros de los antepasados gritando con el acento imperioso del deber y el dulce de un sentimiento maternal: ¡Ven a morir por la patria!... ¡Dios lo quiere! pro aris et focis. Y el soldado, estrechando a los suyos murmurando una plegaria y lanzando una última mirada a la Cruz del santuario, se marchará resuelto y enardecido al combate, y, al ver brillar ante sus ojos y ondear al viento el emblema de la patria, podrá decir con más gallardía que los gladiadores de Roma : Los que van a morir te saludan.(...)»
Juan Vázquez de Mella -Estudio sobre la patria- (Obras Completas t.3 "Ideario")
Nosotros, víctimas del odio, entendemos y sabemos qué y cuál es nuestra misión porque el odio, que es siempre la antesala del amor, nos traspasa diariamente y somos nosotros los que heridos y moribundos marcamos con castrense caminar el camino que del amor hizo nuestra meta; este no es otro que el amor para todos.
El amor por caridad, porque estamos mandados desde lo más alto a dar la vida por la Vida que también es Camino y que también es Verdad y ante estas realidades supremas la existencia fuera de ellas carece del más mínimo sentido. Esta es la realidad del mundo moderno y esta es nuestra excelsa misión.
Esto es, la caridad de la propia existencia, de la vida, para que encuentren el justo vivir no sólo nosotros -los nuestros- sino también los que se dicen enemigos, los que nos desprecian.
¡Ah!¡Grande cosa es ser perseguido y difamado hermano ! Porque ser víctima del odio es precisamente vivir por caridad y, precisamente por ello, vamos buscando el odio, para encontrarnos con él cara a cara.
Para acabar con él y aflorar el amor del alma que nos desprecia.
Porque por caridad, armados con la coraza de la fe y ceñidas las armas de la Luz, nos aprestamos diariamente a reñir batalla; unas veces con júbilo y otras, las más, con tristeza en el alma.
Lee atento hermano.
¡Qué otra cosa podemos hacer nosotros, los hombres, con el ejemplo que Él nos dio que es el ejemplo de la caridad absoluta! puesto que fue Él quien ideó el mundo y que sufrió el insulto, la persecución, el escupitajo y el martirio. Cuando colgado de una cruz -siendo desde entonces esa misma cruz el centro geográfico del mundo - abrió los brazos hacia aquellos (nosotros) que no le quisieron y por los cuales sufrió infamante tormento. Por caridad sufrió, por caridad perdonó, por caridad salvó y salva y por caridad nos dio este sublime ejemplo.
Esto es , hermano, que por caridad somos nosotros los que , a vista de conseguir una sociedad más justa - que permita no solo ganar nuestras almas sino que también ellos ganen la suya - debemos ofrecer viril combate hasta la extenuación porque estamos llamados a la Hermandad.
¡Hermandad! pero no por esa sangre que corre en nuestras venas si no por la sangre que se derrama al pie del Gólgota.
Al fin y al cabo en ello todo se resume.
Por que por esa caridad, aunque ellos no la quieran entender, estamos viviendo y trabajando y llorando y sufriendo y haciendo la patria y forjando con nuestras manos la Historia.
Ella, la Historia, demuestra bien claramente que hermanados bajo la sombra de la cruz seremos capaces de alcanzar las más altas cotas de grandeza; pero no para nosotros sino para Aquel que nos envuelve.
Y ahora, hermano, entiende que para ser víctima del odio es necesaria la caridad, pero no la conseguiremos sin la Gracia y un poco de audacia.
Si ¡audacia! para vivir en el justo lugar, con la justa ambición, despreciando la injusta codicia. Para servirles conscientemente y fervorosamente, para ganar el Cielo, viviendo sobre la tierra.
Audacia, serena y sublime. Audacia en gestos y en palabras y en hechos.
Se audaz, hermano, para no quedarte a la cola de la Historia, en la inofensiva cola de los quietos, en la bobalicona cola de los tibios, de los que esperan que suceda algo mientras consienten la miseria.
Y para ser víctima de odio necesitamos caridad y la caridad requiere de audacia y la audacia, para no caer en locura, debe conocer que el miedo y la muerte no nos han de ser ajenos. Porque el Mundo, siendo de España que es lo mismo que afirmar siendo de Cristo, es un combate feroz. No podremos cambiar nada sin entenderlo.
Porque en este tiempo bellaco nos hemos vuelto la espalda los unos a los otros, asumiendo las más retorcidas, estúpidas y antinaturales posturas; a imagen y semejanza de un retablo bosquiano.
Porque no tenemos ni norte, ni sur, ni fe, ni patria y hemos sacudido a golpe de urna lo que dicen que quedaba de ello.
Porque hemos negado a Dios
Porque pertenecemos a un pueblo que ha perdido la ilusión en las promesas que volaron como las golondrinas de agosto y se quedaron en el aire sin tomar forma ni cuerpo en la tierra.
¡Ja! porque los hombres, que ya no son hombres, son ciudadanos. Están agrupados en ideologías y han partido su alma y han mutilado su cuerpo y han vendido a sus padres y han roto las lealtades y han aceptado la vergüenza como característica esencial de sus vidas.
Porque por nosotros - por ellos - necesitamos también del ímpetu característico de nuestra Tradición. El ímpetu que nos legó Santiago, el de Compostela, el de Clavijo, el hijo del trueno, el impetuoso. Porque el ímpetu siendo joven de espíritu y anciano de raigambre proporciona la Victoria. Victoria, sí, cuando se lleva abrazada a la fe y al amor.
Precisamos de ímpetu para la batalla solemne de todos los días, la batalla de vivir, porque la vida del hombre sobre la tierra es milicia para luchar.
Ímpetu para la santidad y para la milicia, para ser y saber ser, para defenderse ,para mantener el amor y mantener la lealtad, para estar quieto y para pasar a la acción , para el pensamiento y para la oración, para afirmar rotundamente y para negar valientemente, para el apostolado.
Ímpetu y audacia que resalten con humildad nuestra hombría y tras las cuales alcancemos un entendimiento saludable de nuestra existencia, trascendencia y misión. Y tras ello amar, amar profundamente, tanto como para que arda el corazón y ser atendido por la Gracia y observar el bello don de la caridad.
Hermano, si queremos enfrentarnos al Mundo y a su Príncipe, vamos a encontrarnos montañas de odio y vamos a ser heridos de él.
Seremos corderos, que subiendo angosta escalera y atravesando estrecha puerta, imitando a Cristo y por Cristo, podremos afirmar gallardamente que hemos salvado los restos de la patria y el corazón de sus hombres.
Preparémonos...no será fácil.
Algo ha visto allá en los cielos,
que el mundo se empeña en ocultar,
Ennoblece el alma, alza el vuelo:
Camino, Verdad,Vida: Dignidad.
«Es grande espíritu nuestro era religioso y monárquico: en cada una de esas grandes glorias está grabada una cruz: desde los que se levantaron en Covadonga hasta los que cayeron en Zaragoza, jamás acometieron nuestros padres ni una de esas altas hazañas sino yendo en pos de una cruz y a la sombra del estandarte de nuestros reyes.
¿Cómo vosotros, los que decís: ¡abajo la Iglesia Católica!; los que gritáis: ¡abajo los reyes! , os atrevéis a reivindicar parte ninguna de tan gloriosos recuerdos?. Esos recuerdos os condenan: esos recuerdos son nuestra herencia: contentaos vosotros con la de los convencionales, vuestros padres, que blasfemaron de Jesucristo-Dios, que decapitaron la Monarquía.
¡Esos son vuestros padres!.»
(Aparisi , obras, tomo III , ps. 237)
San Miguel, Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Audacia, serena y sublime. Audacia en gestos y en palabras y en hechos. Se audaz, hermano ,para no quedarte a la cola de la Historia ,en la inofensiva cola de los quietos , en la bobalicona cola de los tibios, de los que esperan que suceda algo mientras consienten la miseria.
Como si el alma anduviese a ojos vista ,así debíamos andar de sinceros los hombres en esta vida - y esto lo dice quien peca precisamente de lo contrario- . Que nos van a medir a lo largo , a lo ancho y a lo profundo con la vara de la más exacta sinceridad.
Pero no ocurre y hay que clamar por la sinceridad.
Ser sinceros, no arroparse con el ropaje de la vulpeja intentando pasar de contrabando por coladeros. El problema, no lo han dicho tantas veces , está en ser sinceros.
Esa sinceridad que parte, como de puerto, de nosotros mismos para con nosotros mismos. De nosotros mismos siendo sinceros para con nuestro prójimo y así hacerlo sincero también.
Sinceridad en la profesión religiosa que es la profesión de la vida. De fe en la vida del hogar, por íntima que ésta sea , y en la vida pública. Sinceridad en eso que profesas para ganar el pan y que algunos dieron en llamar profesión . Profesar la profesión sincera, es algo así como un voto al que no puede faltarse sin pecado grave descaradamente contra Él.
Por no ser sinceros en el amor nos vino un día con hoces y martillos el odio.
Por no ser sinceros a la lealtad de la patria un día destejieron con sangre y con dolor el destino y , finalmente , nos concedieron con crueldad tres años de horror y de luto.
Por no ser sinceros con nosotros mismos un buen día nos quedamos sin rey y poco a poco, por nosotros mismos, nos quedamos sin fe; y para eso no existe el perdón.
Por no ser sinceros, andamos atribulados los unos con los otros, y nos vamos robando la paz , hermano, y alarmándonos con dimes y diretes ... y a mi que no me digan que esto de la sinceridad es también muy difícil porque no me lo creo.
Sinceridad mantenida como lealtad a la Cruz y a la bandera y a la Patria Grande y a la patria chica y a los hijos que desvelan con sus llantos y a la mujer que vela nuestra fiebre al pie de nuestra cama.
Hagamos todos por la causa de la sinceridad el ejemplo de la nuestra.
Y aunque cueste, fortalezcamos nuestra postura con ese gallardete altivo de ser sinceros , aunque traiga ello el dolor de ver rasgarse la tela y perderse los colores, cuando tantos faltan al mensaje que un día la Palabra nos envió.
Un compañero me ha hecho llegar este texto que reproduzcan tal cual a continuación:
«Mi amigo Sergio en una de sus reflexiones piensa en la imagen equivocada que puede llegar a tener la gente de nuestro trabajo.
Sería bueno, amig@s, que supieseis que si veis unos policias cachas que reducen a un individuo violento y agresivo, sin causar ninguna lesión es porque esos policias se han preocupado de gastarse su dinero en un gimnasio particular para apredender esas técnicas que tan bien quedan en la tele y que parece que nos las dan al mismo tiempo
que la placa y la pistola.
Que, en casos extremos, si pegan un tiro han de acertar de forma que no maten al individuo ni hieran a ningun viandantes...... recibiendo solo , al año, una practica de 25 cartuchos en la galeria. Si quieren practicar mas... a pagar toca.
Que cuando salvan a un ciudadano que se quiere suicidar.... estan expuestos a que ese mismo ciudadano luego les pueda denunciar por coacciones. Asi esta la ley.
Que si persiguen a unos chorizos que se dan a la fuga después de haber entrado en vuestra casa,. daros una paliza y robaros, y tienen una colisión con otro vehículo... es facil que acaben sancionados y sin carnet de conducir.
Que cuando veaís a unos policias con gran paciencia y arte de calmar a los borrachos y drogadictos alterados y violentos penseis que ese arte es suya, que la han aprendido con los años ó pagandosela de su bolsillo ya que, desde que salen de la Academia, sus unicas lecciones las recibirá de un buen veterano que tenga por compañero ó de su experiencia diaria adquirida con los años.
Pensad que los buenos solo ganan en las peliculas, que en el mundo real tiene las cosas mas faciles el delincuente que esos policias.
Quizá recordando estas cosas, que yo recordaba el otro dia, apreciemos un más la labor de esos policias que anteponen su profesión al llegar a casa sanos junto a su familia. Porque, contra lo que algunos piensen, no todo está incluido en el sueldo que nos pagan.»
Poco que añadir.
«Muy pronto tendrás que enfrentarte con esta inexorable realidad (...) hoy existe el hombre, y mañana no aparece. Y apenas desaparecido de la vista, pronto se esfuma también del recuerdo.(...) Deberías conducirte de tal modo en toda acción y pensamiento, como sí hoy mismo hubieses de morir.»
Tomás de Kempis. -Imitación de Cristo- "La meditación de la muerte"
«(...)No nos hablan los hechos. No sentimos el aire. Ni nos reconocemos en tiempo y lugar alguno. Porque hemos perdido la memoria.(...)»
Evaristo Palomar.
Esa que hemos no paseado , sino marchado con la vieja canción, con la buena mochila y el eterno misal. Castilla madre, que sustenta briosa y terca a los hombres bien paridos. Castilla que tantas lecciones concede para bondad de los inteligentes, está aquí; mírala . Aquí, pidiendo no reformas, sino tradiciones. Está aquí después de sufrir dolorosas heridas y abrir sus carnes en gozosos dolores y en promesas fértiles y en doradas y espléndidas cosechas.
Castilla inquieta y ofensiva . Dolida y heroica. Generosa y humilde.
La heroica , sacrificada y Santa Castilla.
Sobre ella, los hombres más hombres del mundo juraron en un día su ensanche. Dios sea alabado. Viejas campanas de bronce antiguos doblan. La torre de la iglesia dorada de soles alumbra.
Y Castilla continúa firme dando sustento y asiento al hombre, mientras los huesos de sus santos tiemblan cuando tiembla la vida al paso de los que son legión.
Pero no pienses que tiemblan de miedo sino que tiemblan de fe. De esa fe que quema de impaciencia . De la fe que abruma diariamente bajo el sol de Agosto rezando a la sombra junto a la madre o al ritmo de las balas en un acto de contricción desesperado. La fe que cae como agua gozosa cuando amenaza sequía el alma. Y hermano, Dios te bendiga, en esa fe está el secreto del triunfo. En nuestras manos está el merecerla y en las manos del Señor de las Batallas y las Victorias ,el concederla.
Esa es Castilla ,la de la fe . Castilla , pero la de la fe batallando. La fe con la batalla de las obras.
Dios te bendiga, hermano.
Pasar por la vida de puntillas, como simples ratas de laboratorio, meros espectadores de la decadencia de nuestro tiempo: ateos, materialistas, consumistas, egoístas … o como dignos herederos de quienes forjaron con su fe la civilización que hoy camina hacia el colapso por autodestrucción.
Que cada cual elija.