domingo, 24 de noviembre de 2013

Somos hombres de otro siglo (XI): Esperanza

A ella empuja ilusionada la fe. Segura de alcanzar la realidad. Esperanzados vivimos de continuo y ay de aquel aquel, a quien la esperanza no le tome y le lleve siempre del brazo.

Esperamos en Dios y, fiando en Dios, pasan los años de nuestras vidas.

Esperar es una consigna para valientes y para impacientes. Los soberbios impacientes de la paciencia inquieta . La esperanza se pide a los bravos y a los apasionados. Y bravos y apasionados combaten, ríen, aman, lloran, sufren y velan, porque esperan.

Espera el que cree. El que confía. El que posee las armas de la fe.

Saber esperar es de hombres, virtud difícil . Saber esperar sin desmayo y sin temor. Esperar sin romper la armonía de la serenidad, del severo estar, del estar severamente seguro de lo que tiene que llegar, por el propio y justo merecimiento.

Pedir a los hombres que sepan esperar no es lo mismo que esperen a saber.

Esperar a saber denota tibieza, y no hemos sido llamados para ello.

Se nos enseña a esperar, a saber esperar, que es algo difícil y hermoso, y de gran valor, para alcanzar a aprender la lección.

Aprender a luchar por lo que se espera, empujados varonilmente por la fe , es una lección que hay que recibir con cada alba. Que hay que asumir con cada sueño.

Con la estupenda serenidad de la elegida, un día España abrazó a Cristo, para saber esperar. Cuando en la madrugada de los siglos, las bestias del Siglo fueron a buscarla, supo esperar la muerte a pie firme, con fondo el mar bravo y el cielo nublado. Cien veces estuvo esperando el camino, y cien veces lo encontró en la madrugada ,y cien veces lo perdió, por la desidia de sus hijos. Y así andamos ahora, con fe en el presente que espera eternamente. En la postura exacta del selecto.

Bien quisiera, hermano, que supieras -supiera- siempre esperar y luchar con esperanza. Bien quisiera que ,aunque las cosas no cambien justamente, al paso preciso, nos mantengamos firmes y con esperanza.

Bien quisiera que la oración, que es el Himno a la esperanza ... Venga a nos el Tu reino ... y a la fe, tuviese un himno en tí.

Un himno que empezase así...«Por Dios, por la Patria y el rey»...


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