jueves, 3 de julio de 2014

Santos y pecadores

Por eso los americanos somos lo que somos. Podemos ser santos; pero lo somos españolamente, sin mojigatería de converso tardío y sin arrumacos de vieja calumniadora; podemos ser pecadores, pero  lo somos españolamente, pecando con desobediencia, pero no con rebelde deslealtad, rindiendo con la conciencia misma la desobediencia, el pleito-homenaje debido a Aquel a quien debemos todo acatamiento. Podemos ser santos , y lo somos en familia, a la manera medieval , con un vaso de vino delante ,pidiendo a Dios el honrado pan de cada día. Podemos ser pecadores, y lo somos como hijos, con la seguridad por adelantado de que alcanzaremos el perdón, no porque nos creamos con derecho a pecar, sino porque nos sabemos con derechos de hijos. Santos y pecadores tocados de esas sobrenaturalidad amorosa que le permite al santo decir: <<he caído afortunadamente para levantarme hacia Dios>>; y le permite al pecador balbucear al oído de la mujer amada:<< te quiero tanto que no tengo necesidad de besarte>>.

Así nos hizo España.

Ignacio Braulio Anzoátegui "Alas y olas de España" (Buenos Aires 1942)

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