Editorial "Valdemar" |
He leído mucha novela en mi vida, pero es cierto que llevaba bastante tiempo sin tocar una, así que la semana pasada me dio por ahí y me puse con este título.
Es extraño, la verdad es que a Chesterton no le conocí precisamente por sus novelas. Recuerdo que lo primero que de él leí fue “San Francisco de asís”; a raíz de ello me interesé por el trabajo de este autor pero siempre en ensayos y artículos de opinión, pocas veces en novela o relato, pues salvo las historietas del Padre Brown, no me había llamado la atención.
Total, que me he leído el libro, y la impresión, si bien en un principio no fue muy buena, cabe decir que al final supera con creces las expectativas. Es cierto que la novela es algo lenta y según tengo entendido no debe de ser de las mejores de Chesterton…no lo se, la verdad no me importa pero la realidad es que me ha gustado mucho.
En ella, se da la historia de Mr Herne, un bibliotecario que por circunstancias bastante poco creíbles, pasa por abandonar su tranquila vida al frente de una biblioteca perteneciente a una familia aristócrata , hasta iniciar una especie de contrarrevolución frente a la sociedad rancia, liberal y algo progresista en la que se desenvuelven parte de los personajes y frente, también, a la emergente Revolución en la que participa uno de los personajes principales, desarrollando un espíritu puramente quijotesco (al fin y al cabo la novela es un homenaje a nuestro Don Quijote) y bastante alejado de lo común. En la novela también aparecen personajes que van tomando forma y cuerpo a medida que abanza la novela, como el progre y bien intencionado Mr Murrel "El Mono", la soñadora Miss Olive, Miss Rosamound que adquiere protagonismo a medida que avanza la historia , el halcón político Mr Archer, el revolucionario Baintree.... todos ellos, van dando a conocer su verdadero rostro, como decía, a medida que la novela avanza, y no deja el autor de obsequiarnos con muy gratas sorpresas.
En cuanto a la intencionalidad (la que sigue a la pura escritura de un relato) cabe decir que el autor pone su punto de mira principalmente en esa sociedad aristócrata y adinerada de la que antes hablaba, a la que nuestro protagonista (el señor Herne) le tiene reservado un buen baño de lógica y humildad en el momento más importante del relato, por el cual precisamente merece la pena leer esta novela.
La verdad es que resulta paradójico (¡como no!) que para reivindicar el sentido común y la lógica histórica, el autor utilice un mundo tan confuso y unos hechos tan irreales, y que encima salga bordado…este señor me ha vuelto a dejar muy satisfecho.
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