Es curioso contemplar como para las nuevas generaciones ,
entre las cuales me incluyo, la
Revolución que comúnmente conocemos como Mayo del 68 no
representa gran cosa, para lo más una especie de concentración jipi y para los
menos un movimiento de esperanza desvanecida, no obstante la gran mayoría no
conoce ni tan siquiera los resultados de una índole ciertamente bestial que
terminaron por sacudir y herir de gravedad a la sociedad occidental y cuyas
consecuencias se encuentran en su cumbre en nuestros días.
En síntesis se podría decir que los jóvenes de aquellas
fechas se manifestaron sin conocer muy bien el motivo, tampoco conocían los
motivos y la urgencia por hacerlo, fue algo totalmente heterogéneo, mientras en
París las movilizaciones comenzaron por reivindicar universidades mixtas, los
motivos en otras ciudades como Verclay eran bien distintos, en unos casos de
naturaleza pacifista motivados por las Guerras Coloniales europeas, en otros
por la vergüenza heredada de sus padres tras la Segunda Guerra Mundial, etc… lo
que queda claro que el componente que hizo explosionar aquella revuelta juvenil
no fue claro ni único, sencillamente era algo que quedaba ahí.
Así comenzaron las cosas para asombro de los adultos del
momento, asombro o indiferencia quizás, pero no supieron conducirlo y lo que se
inició fue algo bastante más profundo y complicado. Una de las causas fue que
los jóvenes del momento estaban bastante mejor formados de lo que nunca
estuvieron antes y nunca estarían después, había una corriente que caló muy
profundamente en la juventud de aquellos días, la formada principalmente por
Marx, Freud y Marcuse, de la cual los jóvenes extrajeron diferentes conceptos
en los cuales expresaron su ideal de emancipación social.
Este deseo de emancipación influyó de forma decisiva a su
vez en el consumo de drogas, el cual se comenzaba a ver como algo natural y
casi necesario, extirpando el tabú y los límites impuestos por la sociedad
tradicional . Este hecho no deja de ser algo puramente lógico, pues es lógico
plantearse la evasión de la realidad como forma de dulcificar una vida que
ellos creían dura y sin sentido.
Resumiendo, se implantaron e interiorizaron los conceptos que
reivindicaba la juventud, principalmente en el plano de la revolución sexual
como arma de emancipación, sin olvidar el deseo de mayor espontaneidad, de
vivir según el propio dictado de los deseos y la fuga de un orden económico
injusto, todo ello de la mano (como antes comenté) de los conceptos adheridos por
Marx, Freud y Marcuse. Por último, se interiorizó el pacifismo político (ya
existente mucho antes del 68) como
embrión de lo que hoy en día conocemos como lo “políticamente correcto” y como
reacción al período bélico que se había vivido y se vivía en Europa y el mundo
occidental en aquel momento.
Además, ponían en cuestión la imagen de la ley, la imagen de
lo real y la imagen del sentido mismo de la palabra “padre”. Cuando uno lee los
discursos de los jóvenes de aquella época, resultan puramente incomprensibles,
suponen un galimatías, no se advierte lo que quieren ni lo que piden ni lo que
dicen. Hay una especie de divorcio de la razón.
Significó una revuelta puramente emocional, más incluso que
conceptual, por parte de los jóvenes que en aquel momento apelaban a lo
imaginario. Decían que lo imaginario debía detentar el poder y regir la
política, no se dieron cuenta de que deliraban, que su principal impulso supuso
huir de la realidad ; la emotividad tomó el poder y asistimos al desarrollo de
corrientes de pensamiento puramente delirantes…que a día de hoy rigen las
corrientes generales.
Breve aproximación a las consecuencias de la ruptura con la tradición.
Mayo del 68 supuso un inmenso delirio en el que se rompió
con un cierto número de marcos del pensamiento cuyas consecuencias afectaron de
forma extremadamente grave en el plano social, educativo, sexual y cultural. La
sociedad perdió sus puntos de referencia al tiempo que rechazaba la tradición
como modelo guía natural y lógico. Todo partía de uno mismo y lo más terrible,
se hizo cargo del poder una generación narcisista que sobre todo quería
evadirse.
De esos polvos , estos lodos, y es aquella generación la que
hoy día tiene el timón de una sociedad a la deriva.
Siguiente capítulo: “Las consecuencias más significativas” y
“La perdida de autoridad en el plano educativo”.
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