En ocasiones, mientras los quehaceres diarios ocupan nuestro tiempo de forma inexorable, el alma se evade hacia esos momentos anteriormente vividos y que van llenando la vida de auténtico valor.
En ocasiones, esos pensamientos se desplazan hacia una sonrisa, una caricia, una lágrima, una oración escuchada o hacia el grupo de amigos que se originó en torno a vivencias en medio de circunstancias extrañas.
En ocasiones recuerdo, y veo y soy consciente fe lo miserable que soy y de cómo he olvidado las virtudes y valores que un día quisimos dirigiesen nuestra vida.
Ocasiones, si; cada vez menos frecuentes.
En ocasiones miro a lo alto, dejo volar el espíritu -víctima de mi egocentrismo- y creo alcanzar de nuevo el sol.
En ocasiones, las estrellas se alinean y los destinos se van entretejiendo sin que apenas podamos intuirlo. Y en ocasiones, todo lo anterior se reúne en un mismo instante...
En ocasiones tengo la certeza de que todavía existen la amistad, el amor loco y enloquecido, la ternura, el valor, el heroísmo, el respeto, ... y mi alma quiere erigirse defensora de las virtudes... de todas ellas.
En ocasiones, sólo ocasiones, rodeado de aquellos a quien quiero, brindo por ellas.
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