El problema del puritanismo ( tanto en política como en religión) es que es una bomba que te puede explotar en la cara.
El mundo moderno - y la política que desarrolla - es insultatemente sucio, pero se da la paradoja de que, de la misma forma que el pobre huérfano sueña con los padres que nunca conocerá, reivindica de forma asfixiante lo puro , lo "transparente", lo " honrado"... aún a sabiendas de que no lo alcanzará.
Si no se acepta esto, preparémonos para una larga temporada de hemerotecas y diarios destapando mierdas.
A mi me cansa.
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