"¡Trabajar, trabajar! Producir cosas que se cuentan y se miden y se pesan. Siempre habrá en el mundo quienes lo hagan por afición, por interés, aún por caridad. Pero eso no basta para equilibrar las balanzas de Dios. Hay que producir otras cosas que no tienen cuenta ni medida, porque lo que en alguna forma se materializa lleva en sí mismo su propia recompensa. Y es necesario ejecutar acciones que nadie pague, que a los ojos del mundo parezcan inútiles. Hay que echar en las balanzas de Dios, recargadas por las culpas de los hombres, el peso imponderable de las cosas ingrávidas, el vencimiento propio, la secreta renuncia a sí mismo, la obediencia, la pobreza, la castidad, la oración especialmente…"
Hugo Wast. 15 días sacristan.
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