Tengo una hermana pequeña que este año se enfrentará a la Selectividad , ese primer gran examen de nuestras vidas al que , lógicamente, teme de una forma tan irracional como comprensible. Parece ser que su profesor de Historia le ha aconsejado que no nombre la palabra “España” para referirse a la realidad histórica “ibérica” antes de los Reyes Católicos , si por algún casual entrase algo relacionado a esa parte de nuestra historia en el examen.
Parece ser, también, que el mismo profesor le ha comentado que es algo absurdo pero que por miedo a posibles represalias por parte de quien corrija el examen es mejor seguir su consejo, no vaya a ser que el corrector en cuestión resulte ser una persona de ideas progresistas y la puntúe de forma negativa.
De ahí viene esta reflexión al hilo de “España y las Españas” , pues queridos lectores, manda narices que esta sea la realidad de nuestra educación, la cual se haya politizado tanto que se llegue a extremos de negar la realidad histórica de España , o las Españas (Tanto monta…) , negando al propio alumnado (el futuro de este maltrecho país) su identidad y conocimiento de los lazos que unen a estos pueblos que forman la patria, llegando incluso a utilizar el miedo para que así sea.
No es un hecho aislado, yo personalmente he vivido situaciones parecidas, primero cuando cursé los estudios de economía en la UCM , donde tuve que vérmelas duras con el señor Rodríguez Braun (cabeza pensante y visible del liberalismo hispano) , lo que me costó en su día tener que pelear varias correcciones paralelas por un trabajo acerca de Adam Smith que no gustó al respetable maestro. Otra ocasión para mostrar esta lamentable moda fue la pelea que mantuve con Doña Rosa María Martínez (UNED) acerca de mis planteamientos sobre la conquista española del continente americano…otra pelea, pero esta vez salí victorioso.
El hecho es que yo se a lo que atenerme y como desenvolverme ante la injusticia ideológica sufrida por el alumnado universitario, cuando las tesis de este no comulgan con las del profesorado, por muy acertadas o brillantes que sean; estos profesores prefieren programar robots a enseñar a pensar e investigar.
El caso es que mi hermana tiene 17 años, no ha salido del cascarón y ya la están metiendo miedo para que no lo haga, el problema es que ella no hará mención de tan horrible palabra, “España” (¡cuidado progres, que pican los ojos! ) en su examen, pues se juega mucho y , de forma comprensible, no quiere polémicas que puedan afectar a su carrera (no se si lo comenté ya en su día, pero va para Bellas Artes, ¡un lujazo!).
Total, que voy a continuar un poco con las citas , tanto clásicas como contemporáneas, que tratan de España como concepto unitario dentro de la diversidad de sus formas, algo que sin duda amo como hispanista y estudiante, que abrazo como cristiano y tradicionalista.
Stanly G. Payne |
Continuando con este autor, en lo referente al concepto de reconquista (Con el cual yo tendría varias discusiones sobre ello, pero que no deja de ser en cierto modo acertado): <<(…)No eran “cruzadas” en cuanto a que no eran guerras oficiales y directamente bendecidas por una iglesia que les otorgara un especial aval ni recompensan de índole espiritual. Con todo , si eran campañas cuyas pretensiones de “identidad” en lo tocante a la recuperación de tierras usurpadas por extranjeros eran cada vez mayores. Esa “identidad” tenía raíces bastante más profundas de lo que algunos historiadores del siglo XX han pensado.>>.
Don Ramón Menéndez Pidal |
Otro gran maestro, esta vez más valorado por mi persona debido al increíble peso emotivo que , como hispano, su trabajo ha generado en el devenir intelectual español, fue Don Ramón Menéndez Pidal, que es su ensayo “Romanz del infant García” nos brinda una acertada reflexión acerca de la idea imperial leonesa sobre la España (¡suspéndame mamarracho!) de principios del siglo XI :<<La idea imperial leonesa se fundaba en la restauración de reino godo unitario, en el concepto eclesiástico-romano de la dignidad regia recibida de Dios para el bien de la nación toda>> .
El mismo Don Ramón, en otro genial trabajo histórico-literario “La condesa traidora” nos aporta esta reflexión : <<(…) Antes del siglo XI, mientras León y Castilla mantenían una concepción estatal animada por una idea restauradora de España, por lo cual se sentían enemigos constantes de los moros, salvo en momentos de excepción (…) >> …Pero ¿Don Ramón? ¿Unidad? ¿Idea restauradora?¿España?¿Moros? … sepa usted (que en buena paz descanse) que en pleno siglo XXI , sería reconocido y vapuleado como fascista y por lo tanto ninguneado académicamente. Gracias a Dios, tuvo la suerte de poder formarnos desde otros años y otra época, consiguiendo así su reconocimiento inmortal , a prueba de progres y “alianzacivilizadores”.
En fin, me dejo sobre la mesa de mi despacho muchísimo material que iré utilizando según pase el tiempo, pero que ahora por cuestión de tiempo, me es imposible utilizar.
Sin más reciban un cordial saludo de un servidor.
Para saber más acerca del tema
Pues muy lamentable lo del profesor de su hermana (y el pobre seguramente tiene toda la razón al dar ese consejo pues es muy probable que el examen sea corregido por algún lechuguino negroleyendista, pues abunda esa especie en la universidad española). Me veo totalmente reflejado en su experiencia con profesores universitarios poco dispuestos a razonar o debatir, a mí me pasó algo parecido varias veces,una de ellas a cuenta de Malinche, la concubina de Cortés, que cuando fue llamada "traidora" se me ocurrió exigir, con bastante intención, que se me aclarase a quién traicionó exactamente tan buena mujer.
ResponderEliminarEl problema como siempre es que los profesores de aquí, aparte de que la mayoría no tienen nivel para estar donde estar, para parecer modernos toman como sagrada la leyenda negra (es como si en el futuro alguien tomara como fuente historiográfica para conocer de los hechos la propaganda que Iran o Corea del Norte hacen ahora) y tienen que venir autores como Payne (por cierto, el libro de una historia única está genial,no es nada complaciente pero sí muy riguroso como todo lo de este autor) a poner las cosas en su sitio.