miércoles, 25 de julio de 2012

El Cid, San Lázaro y su peregrinación a Santiago





Interesante adaptación de Don Joaquín Díaz de una de las piezas más peculiares de nuestro romancero tradicional castellano.
Es interesante por muchas cuestiones:

1- Como dijera Don Ramón Menéndez Pidal, toda la obra cidiana se divide en dos partes, la primera que es la púramente histórica (con sus más y sus menos) recopilada en "El Cantar del Mio Cid" y en "El cerco de Zamora", donde salvando las licencias poéticas, los historiadores encuentran sucesos y hechos verdaderamente históricos sin grandes exageraciones (como por ejemplo en la hermosa "Canción de Roland" francesa) que es lo que diferencia al romancero medieval castellano del resto de Europa.

2- Este romance es a-histórico, es decir, no está recogido en ninguna fuente o crónica el hecho de que Don Rodrigo acudiese a Santiago y , es más, seguramente sea ya bajo-medieval (s.XV) por lo que más que un hecho histórico refleja un sentir popular que se basa principalmente en el concepto de penitencia y expiación de los errores y pecados de Castilla (tan dolida durante la mayor parte del s.XV). Refleja una similitud extraordinaria con la situación actual y aporta una exquisita metáfora de los pasos que debemos seguir.

Ya lo dijo San Lázaro en el romance, <<Rodrigo, Dios bien te quiere y otorgado te tenía, que lo que tu comenzaste crecerá de día en día>>

Ya solo queda que esta España (o los despojos que de ella quedan), se humille ante Dios y solicite de nuevo a Santiago su intercesión, teniendo que expiar demasiados errores, para que este triste pueblo vuelva de nuevo al camino correcto...lo demás nos será dado por añadidura.

¡Esperanza!, ¡Santiago y Cierra España!

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