martes, 12 de julio de 2011

Planteamientos tradicionalistas


A veces, el sentimiento de hastío al que estamos arrojados, nos hace abordar los temas con excesiva pasión y bastante poco cavilados, no entramos en las consideraciones profundas que pueda llegar a tener el tema que abordamos desde la óptica tradicionalista. Esto mismo ha sucedido y sucede con temas tan actuales como el de los “indignados”, ya desinflados por el lógico agotamiento , la alienación al estado del Bienestar al que directamente pertenecen y el escaso resultado de su protesta.


Por lo que a mi respecta ya expliqué mi punto de vista utilizando el ejemplo de la olla a presión que deja escapar el vapor para no reventar. Es el sistema quién ha decidido permitir esa lógica fuga de vapor hacía él mismo para no explotar, no le interesa dejar el poltrón y está muy bien organizado. Su comportamiento es el mas sibilino de todos, inclusive ahora, que algunos políticos se están sumando al carro del “15-M” para beneficiarse de las desgracias ajenas. El sistema es una verdadera bestia y muy inteligente, por ello debemos de tomar en consideración nuestros planteamientos políticos, pues son verdaderamente una vía de escape, no son similares a la “olla a presión” que todo lo hace deprisa y corriendo, sino a la cacerola de barro que requiere de tiempo y trabajo para hacer un buen plato, lento si, pero consistente, sin olvidar que la cazuela existía antes que la olla.

Tras mis paranoicas reflexiones culinarias , me gustaría mostrar el planteamiento (que yo considero inmejorable) de nuestro amigo Valmadián como punto de partida para abordar  toda clase de hechos y sucesos que la sociedad moderna nos plantea y que el sistema nos traba. Es el siguiente:

-El sistema es revolucionario desde 1789.

-El antisistema es revolucionario y un subproducto del anterior, basta con observarlo cada vez que se moviliza.

-Yo soy contrarrevolucionario, por tanto soy contrasistema y contraantisistema. Para mi son las dos caras de la misma falsa moneda.

Soluciones:

-Doctrina Social de La Iglesia de SS León XIII y SS Pío XI, es decir, Encíclica Rerum Novarum y Encíclica Quadragessimo anno.

-Monarquía social y representativa.

-Organización del Estado fundamentado en la Administración Regia.

-Restauración de los reinos, Principados y Señoríos.

-Organización política basada en los municipios, regiones y los cuadros intermedios.

Este, y ningún otro, es el ideario que yo seguiré "a muerte".

¿Hay que desarrollarlo bien, incardinarlo correctamente, adaptarlo a las condiciones del ciudadano de a pie del mundo actual? (…)

Mientras tanto, me niego a alimentar a La Hidra en ninguna de sus cabezas.

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