La
 Tradición  no es como
un toro en un encierro que va a por todo y a nada a la vez, sin criterio ni
previsión, sino como fuego que todo lo quema, empezando por nuestros corazones
y es precisamente ese fuego el que debemos domar, hemos de ser irónicos , sin
mentir, con alegría pero también con inteligencia. 
El Mundo Moderno espera tras cualquier esquina para
clavarnos el puñal y nosotros debemos saber como poder atacar o
defendernos.  Se trata de redescubrir la
estrategia, pensar políticamente bajo las bases de la Tradición (esto lo decía
ya Juan Vázquez de Mella y al pobre no se le hizo mucho caso), anticiparnos,
tomar la iniciativa.  No hacerlo, que es
aparentemente lo que sucede,  es
precisamente estar en la inopia , mientras el Mundo nos tacha de retrógrados y
trogloditas... porque así nos clasifican, nos encuadran y nos encierran y
tenemos menos cintura para movernos, lo cual desactiva nuestra fuerza.
Los hay que piensan que la clave está en posicionarse en el
mismo espacio y la misma caricatura que dibuja el Mundo Moderno, el cual encima
nos hace pensar que somos así más puros, más radicales.
Allá ellos.

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