Cuando parecía que el juez Ruz se había puesto las pilas y
se iba a llevar por delante a una buena piara de traidores y desgraciados que
campa a sus anchas por las cúpulas del CNP, llega el bueno del señor Bermúdez
ralentizando el proceso, intentando desviarlo de la Audiencia Nacional
a un juzgaducho de Irún donde el caso les viene enorme y seguramente serían
incompetentes; eso el señorito Bermúdez lo sabe y , sin poder desligar del todo
el caso del chivatazo de estos “policías” a ETA y el gobierno socialista, aprovechándose
de los escollos y lagunas que nuestro sistema jurídico sufre, va el tío y sin
sonrojarse lo más mínimo, nos dice que la colaboración habida entre los policías
y la banda terrorista no es tipificada como colaboración con banda armada por
que los “policías” que perpetraron el chivatazo no comparten la finalidad de la
banda terrorista.
¿Pero este señor se piensa que somos gilipollas?¿De verdad
no le da vergüenza pensar que nos vamos a tragar esto? Mi opinión es que le da
absolutamente igual, la cabra tira al monte y después de lo del 11-M a este
señor le debe dar igual todo; imagino que se encontrará tan sumamente endiosado
como, en su día, su colega Garzón, paradigma de la prepotencia y la soberbia
(quienes hemos trabajado con él lo sabemos demasiado bien). Quizás su objetivo
sea llegar a ser tanto como lo fue Baltasar Garzón y para llegar a ello no esta
dudando en utilizar parte del aparato jurídico más importante del Estado. Nada
nuevo bajo el sol, desgraciadamente cada día son más los ejemplos de
sometimiento del poder judicial al ejecutivo mientras todo el sistema hace
aguas y aquí no paga sus culpas nadie…¿como pretenderá esta purria que luego
los españoles quieran someterse al imperio de la ley con semejantes ejemplos? Por
desgracia, eso lo estamos pagando en lo que nos toca, cada día más, los policías.
Volviendo al tema, sin ser yo juez pero conociendo el
aparato jurídico de lo penal considero que no hay que dar demasiadas vueltas ni
interpretaciones a los hechos perpetrados por nuestros ejemplificantes jefes.
Estos son (no olvidemos que son hechos probados):
-El conocimiento que los imputados tuvieron de
la filtración
-Las declaraciones del dueño del bar Faisán, el
colaborador Joseba Elosúa.
-El tráfico de llamadas de los teléfonos
móviles entre las 11’10 y 12 horas del 4 de mayo de 2006
-La confirmación de la presencia junto al
acceso del Bar Faisán de Jose María Ballesteros en los minutos previos a
producirse la llamada telefónica investigada y que es atendida por Joseba
Elosúa en el interior del establecimiento.
-La versión aportada por el Jefe Superior
Enrique Pamiés en su declaración judicial que no desvirtúa la prueba indiciaria.
-En relación con la llamada, los datos que
proporciona el interlocutor a Joseba Elosúa y cuyo conocimiento era restringido
a nivel policial.
- El análisis de los cortes registrados en la
cinta de vídeo vigilancia que sacó a relucir la
Guardia Civil.
Con todo esto, en un país donde funcionase el Estado de
Derecho, los señores Ballesteros, Pamies e Hidalgo se encontrarían en prisión,
habrían sido rastreadas , investigadas y aclaradas las llamadas al Ministeriodel Interior y Moncloa, los responsables políticos encarcelados y el gobierno
envuelto en una trama de corrupción y traición de grandes dimensiones nunca
antes destapada donde habrían rodado muchas cabezas y depurado muchísimas
responsabilidades.
En España, no. En España desaparecen pruebas de los
juzgados.
Decía yo hace un par de meses que estos tres pajarracos valían
más por lo que callaban que por lo que decían (si esta gentuza hablase caería
hasta el apuntador), y que guardaba importantes reservas acerca de que todo
este proceso terminase en buen puerto, decía también que si era más pan y circo
se lo podían ahorrar (no fueron esas mis palabras exactas)…en un par de meses se han encargado, no de tirar el
proceso a la basura, pues todavía tengo confianza en el buen hacer del
magistrado Ruz, pero si de enseñarnos que todavía podemos caer más bajo y
demostrarnos que vivimos en un país con una cúpula policial bananera al
servicio del poder, un sistema judicial infectado (casi muerto) por premisas
políticas y un poder ejecutivo digno del adjetivo más deleznable.
El problema es que vivimos en una sociedad que parece estar
completamente anestesiada donde los imbéciles (por ejemplo) salen a la calle a
manifestarse contra la visita del Santo Padre que debe ser algo monstruoso para
ellos, mientras que callan vergonzosamente ante hechos de esta magnitud, tan
graves que pueden derrocar a un gobierno y poner en jaque a un sistema entero.
No es que el gobierno me importe tres narices mientras que el sistema se cae
solito por su vertiente económica, pero midiendo con la vara del pensamiento único,
por sentido común, debería de ser un hecho de la más extrema gravedad.
Eso es lo gracioso del pensamiento único que, paradójicamente, carece de sentido común.
Yo tuve que despachar con él (iba con otra gente, de paquete) una vez en los tiempos gloriosos del caso GAL, tras su abandono del PSOE y vuelta a la judicatura.
ResponderEliminarTenía la mesa del despacho amurallada con las portadas de la prensa del día en las que él era el protagonista.